Cuna de numerosos artistas y poetas que con sus obras atravesaron el tiempo y el espacio, la ciudad santafesina de Rosario es uno de los pulmones que oxigenan al Rock Argentino. Juan Carlos Baglietto, Lito Nebbia, Silvina Garré son sólo algunos de los muchos músicos que se enorgullecen de haber surgido de la querida Rosario. Entre tanto talento, hacia fines de los años setenta, la ciudad encontraba a un nuevo hijo pródigo, Rodolfo Páez. O simplemente "Fito".
En plena adolescencia y comenzando a ver los excesos que esos años conllevan, tocaba en El Banquete junto a Rubén Goldín y Jorge Llonch. En 1978 Baglietto lo incluyó como tecladista de su banda y cinco años más tarde cantaba “Del ‘63”, tema que luego formó parte de su primer disco. Pero antes de su debut discográfico, tuvo el privilegio de compartir ensayos con su ídolo Charly García que por entonces estaba grabando “Clics Modernos” y “Piano Bar”.
El impulso que significó trabajar con el mismísimo García, le permitió en 1984 editar “Del ‘63”, en el que estuvo acompañado de Fabián Gallardo en guitarra y teclados, César Franov en bajo y Tuerto Wirzt en batería. Desde el inicio Fito demostró ser un gran compositor, recibiendo varios premios y menciones.
El disco explora diversos géneros como el folklore, la bosa nova, la rumba y por supuesto, el rock, aunque este último género no es precisamente el más utilizado. La mayoría son canciones tranquilas en las que Fito repasa experiencias vividas y situaciones personales. El tema que le da nombre al disco, con una simple melodía, repasa los veinte años de vida del rosarino tomando a Lennon, Vietnam y otros hechos que marcaron su infancia y adolescencia. “Tres Agujas” y “Un Rosarino en Budapest” se convirtieron pronto en clásicos en la carrera de Fito ya que combinaba buenas letras y melodías pegadizas; aspecto que ganaría mayor forma con los siguientes trabajos.
https://youtu.be/SDEL-CIYk9c
https://youtu.be/6X0KLMQd3eI
https://youtu.be/WQ0gTegqUxM
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